
Realizaremos un recorrido por el Psicoanálisis y la Pedagogía entendiendo que no existe un lazo social que constituiría un ideal a conseguir, sino que se trata de formas singulares de lazo que articula cada sujeto.
Si la sentencia de Freud con respecto a los oficios imposibles, intenta mostrar que se confrontan a un real que le es propio a cada uno, un imposible que al decir de Lacan, lejos de ser una desventaja, es algo valioso ya que “nos hace entrever la oportunidad de que ese real…fulgure” (Lacan 1996, pag.187).
Esto significa, que en tanto haya oficios como el del Psicoanálisis y la Pedagogía que permitan reconocerlo y hagan lo posible para vislumbrar fragmentos de lo real y atrapar algo del mismo, es una manera de comenzar a establecer estilos de lazos, modos de arreglárselas con lo imposible.
En estos oficios del lazo, se trata de una escucha. Esta disponibilidad a la escucha de los educadores, es su disposición para sostener la transferencia singular instalada por los sujetos psicóticos o autistas, que se pondrá en juego al haber ausencia de identificaciones como también modos de goces que Lacan en su última enseñanza reunió bajo el nombre de goce autista.