La evaluación neurocognitiva en el contexto pericial se diferencia del contexto clínico. No se evalúa para organizar un tratamiento; sino de evaluar con fineza analítica a fin de tomar decisiones, con una persona que puede ser poco participativa; estar afectada emocionalmente, pretender simular, o estar sujeto al fenómeno de deseabilidad social, entre otros motivos.

Como parte del protocolo de evaluación pericial, se debe considerar tanto un interrogatorio y selección de test conforme un modelo de funcionamiento cerebral y principales patologías presentes en contextos periciales; a fin de que distintos evaluadores puedan llegar a resultados similares. En la evaluación neurocognitiva en el contexto pericial, metodológicamente se deben seguir pasos que incluyan una selección de preguntas y pruebas control (valorativas del grado de sinceridad y confiabilidad de los resultados).

Se fundamenta un curso de actualización en neuropsicología forense, considerando la progresiva demanda de este tipo de estudios ante historias vitales que implican déficits diversos del desarrollo, consumos de drogas, enfermedades psiquiátricas o traumatismos, entre otros.